miércoles, 31 de diciembre de 2008

martes, 30 de diciembre de 2008

"Hacer el loco una vez al año es cosa tolerable", San Agustín.

VIAJE A MEDINACELI, SIGÜENZA Y ATIENZA

Salimos de Valladolid el miércoles 24 de diciembre de 2008 con dirección a Medinaceli (Soria). Allí pasamos la Nochebuena, cenando tranquilamente en la autocaravana, arroz a la cubana y helado de dulce de leche de postre, acompañado por una botellita de sidra.

El día 25, Navidad, visitamos el pueblo : el Arco Romano, la Colegiata, la impresionante Plaza Mayor, …

En la Plaza Mayor, se pueden visitar :

- Palacio Ducal … Construido en el siglo XVI, de planta rectangular, se estructura en torno a un patio interior de 2 pisos. En un principio, 2 torres laterales se alzaban sobre el edificio, pero fueron derruidas en el siglo XIX. La fachada fue diseñada por Juan Gómez de Mora en el año 1623. Renacentista, resalta su elegante y simétrica sobriedad. Destacan los frontones semicirculares de las balconadas y el escudo de los duques de Medinaceli que se protege con una cornisa.

- Alhóndiga … Es probablemente la construcción más antigua de la plaza. Realizada en el siglo XVI, fue edificio público, tanto económico como político, ya que la parte inferior se utilizaba como alhóndiga, lugar donde se realizaban las transacciones, compraventa y almacenaje de grano, y en la parte superior se reunía el Concejo. También albergó la cárcel del Partido Judicial. Como la mayoría de los edificios de Medinaceli, ostenta en su fachada el escudo ducal.

La PUERTA ÁRABE, también llamada puerta de la villa, es el acceso de poniente a Medinaceli, fue en principio una de las cuatro puertas del primitivo campamento romano, debió ser reconstruida y ligeramente variada en su posición en la época árabe y de ahí su nombre, pero las numerosas reformas han variado ligeramente su aspecto en los últimos siglos. Es posible que en el siglo XII cuando Alfonso I el Batallador conquista definitivamente estas tierras, lo reformara. En 1370 pierde Medinaceli su condición de Concejo independiente y pasa a pertenecer a Bernal de Bearne, por lo que la ciudad vuelve a estar amurallada para su defensa, es posible que entonces adquiriera su aspecto ojival. La última reforma es del siglo XX, de 1969. Junto a ella, se establecían en numerosas ocasiones mercados dada la escasez de grandes espacios dentro de la ciudad.

La MURALLA tiene un perímetro de 2400 m y alberga en su interior 22 hectáreas. Los romanos dotaron a la ciudad de un recinto amurallado, del que quedan algunos tramos construidos con grandes sillares unidos en seco. Durante la denominación árabe y cristina se reconstruyen sus murallas. Galib por orden de Abd al Rahman III reconstruye las defensas en el 946. Los castellanos le suceden en la labor y en 1128 Alfonso VII vuelve a restaurarlas, se levantan torres utilizando como aparejos sillares colocados a tizón unidos con argamasa y una mezcla de sillarejo con mortero. Los diferentes estilos son bien patentes en los lienzos sobrevivientes.

El Valle del Arbujuelo, citado en el Cantar del Mío Cid, fue lugar de intercambio de culturas entre las dos mesetas y el valle del Ebro. Junto a él se encuentran las salinas, explotadas posiblemente por los romanos. En el cerro denominado Villavieja se ubica la ciudad celtibérica de Occilis ocupado más tarde por los musulmanes como ciudad campamento. De época romana es la conducción subterránea de la Fuente de la Canal y la calzada que discurre por el camino de la Canaleja. Junto a la carretera se sitúa la ermita del Humilladero, obra renacentista del siglo XVI, con doble puerta para seguir los oficios desde el exterior.

El ARCO ROMANO es una de las grandes obras conservadas en la provincia y el único en España de triple arcada. Los romanos construían arcos en algunas ciudades para conmemorar sus triunfos, éste además servía para marcar el límite entre el distrito administrativo Cluniense, al que pertenecía Occilis (Medinaceli) y Caesaraugustano. Sus dimensiones son monumentales ya que tenía que ser visto desde la vía que pasaba a los pies del cerro en dirección a Caesaraugusta (Zaragoza). Destaca el cuerpo central decorado con dos templetes, de frontón triangular, apoyados en columnas. Es una obra de principios o mediados del siglo I d.C.

La COLEGIATA de Santa María La Mayor es de estilo gótico y se empezó a construir a principios del siglo XVI, hasta 1540. De traza simple: nave única dividida en tres tramos rectangulares, capilla mayor pentagonal, coro bajo a los pies y dos series de capillas dispuestas a los lados, todas ellas levantadas en época barroca. La portada primitiva, ligeramente reformada en el barroco, está formada por un arco carpanel con trasdós conopial que alberga un pequeño grupo escultórico de la Virgen con el Niño.

Por la mañana visitamos el interior del Palacio Ducal que alberga el Centro de Arte Contemporáneo de Medinaceli, visitando diversas exposiciones de muy diversos temas. Las que más nos llamaron la atención fueron una de fotografía de Alberto Herencia, con prólogo de Juan Cruz, El Bosque Apagado, con impactantes fotografías en blanco y negro, y otra de Pep Croi, dibujos sarcásticos de temas de mucha actualidad.


Salimos hacia Sigüenza a las 12h después de repostar agua y gasoil y vaciar el depósito de aguas grises. Comimos nada más llegar, para luego visitar el pueblo tranquilamente hasta la hora de anochecer.
Comenzamos la visita por la zona de arriba, donde se encuentra el CASTILLO, que ahora es Parador Nacional. En la parte más baja de las defensas del castillo se observan paramentos que sin duda son anteriores a la reconstrucción llevada a cabo por los obispos seguntinos a partir de la ocupación de la ciudad por los castellanos y que muy bien podrían corresponderse con los restos de la pequeña fortaleza o la torre vigía islámica que se situaría en el lugar controlando el paso de la calzada entre Mérida y Zaragoza por el término. Los restos constructivos que nos han llegado de este momento no son muy numerosos pero sí significativos: la colocación de los sillares a tizón en algunas partes y la utilización de la técnica del espinel en otras denotan su más que probable origen islámico.
La PLAZA MAYOR es de estilo renacentista, del siglo XVI, siendo los arquitectos Rodrigo de Calahorra, D. Gonzalo de Acebes y D. Juan de Pazos. El mecenas fue el Gran Cardenal de España D. Pedro González de Mendoza, obispo de Sigüenza (1.467-1.495).

La CATEDRAL es cisterciense, del siglo XII (1.124).

La Iglesia de Nuestra Sra. de los Huertos (Monasterio Franciscano) es de estilo gótico-plateresco, del siglo XVI, siendo el arquitecto Juan Guas y el mecenas D. Clemente López de Frías, Deán de la catedral de Sigüenza. Al realizar el acondicionamiento del atrio de la iglesia se descubrió un tramo de calzada del siglo XVI, fue construido con tres filas paralelas de losas de arenisca, algunas de gran tamaño, que enmarcan dos tramos de un relleno realizado con pequeñas piedras calizas trabadas con mortero de cal. Su trazado, suroeste-nordeste, se pierde bajo el edificio conventual y los terrenos ocupados por el Parque de la Alameda, aunque se dirige claramente a la puerta del templo, por lo que su relación con éste es indudable. La calzada fue amortizada en época difícil de determinar, pero no cabe duda de que a comienzos del siglo XX no estaba ya en uso. Aparece también junto a la iglesia una necrópolis: el conjunto de sepulturas pertenece al cementerio que se ubicó alrededor de la iglesia de Santa María Antiquísima, pudiendo datarse entre los siglos XII y XIII, se trataría, por tanto del primer cementerio de la Sigüenza castellana posterior a la ocupación de la plaza por el obispo D. Bernardo en 1.123 y anterior al que se localiza alrededor de la catedral, cuyo desarrollo no comenzaría antes de finales del siglo XII. Estas sepulturas están realizadas en su mayoría con lajas de caliza y arenisca y presentan diferentes soluciones en las cabeceras, desde el sillar antropomorfo, hasta las piedras de apoyo de la cabeza a modo de orejetas. Una de las tumbas consiste en un sarcófago de alabastro blanco, hoy muy alterado por efecto de la humedad, y que no ha podido ser excavado en su totalidad al perderse bajo el edificio del monasterio. Los difuntos se colocaron en posición de decúbito supino simplemente envueltos en un sudario y, siguiendo las disposiciones legales y canónicas vigentes en la época, sin ajuar alguno, con el fin de evitar la codicia de los saqueadores de tumbas. Las estelas conservadas en los muros de la iglesia indican que algunas sepulturas habrían estado señaladas con ellas, siendo unas de tipo tabular y otras discoideas.


Como no vimos ningún sitio para dormir, puesto que es un pueblo grande y con demasiado jaleo, decidimos continuar el viaje con dirección a Atienza, una villa medieval, donde aparcamos en la Plaza de los Mecenas, al pie de la muralla. De repente empezó a nevar y lo vimos bastante negro decidimos bajar a la zona baja del pueblo por si acaso nevaba tanto que con lo empinadas que eran las calles no pudiéramos bajar al día siguiente. Aparcamos en la báscula municipal y allí pasamos la noche. La nevada fue monumental, pero pasaron las quitanieves y despejaron las carreteras para el día siguiente.

La villa de Atienza se sitúa en la falda de un empinado cerro, al amparo de un fuerte castillo roquero. Su situación geográfica le hizo ser punto estratégico en las comunicaciones entre las dos mesetas castellanas. Creció en la Edad Media (10.000 habitantes y 12 iglesias parroquiales). Los árabes hicieron de Atienza uno de sus más fuertes enclaves, levantando una fuerte alcazaba sobre la roca. A partir del siglo XV, con la invasión de los navarros comenzó su decadencia y también en la Guerra Civil Española sufrió importantes daños. Atienza se mantiene aún viva por un breve puñado de hombres que la habitan y la aman.
Visitamos :

- El CASTILLO, utilizado por los celtíberos y posteriormente por los árabes que construyeron fuerte alcazaba, fue de nuevo reconstruido por los cristianos tras la Reconquista. Se trata de un peñón muy elevado y alargado, del que solo que la puerta de entrada al norte, flanqueada de espeso murallón, y la torre del homenaje, de planta rectangular, con tres pisos. En la superficie del peñasco se abren dos grandes aljibes rectangulares, tallados en la roca y con restos de la cubierta abovedada de ladrillo. El segundo recinto murado del castillo, del que aún quedan porciones, circuía al peñasco principal aprovechando una lastra inferior, permitiendo así la existencia de un camino de ronda, que hacia noroeste se ensancha notablemente.

- La MURALLA, la villa de Atienza estuvo circuida de fuerte muralla desde los momentos primeros en que los reyes de Castilla se hicieron dueños de ella, comprendiendo el gran valor estratégico del enclave. Aún se vé casi entera la ciclópea cintura de piedra y argamasa que rodea la meseta en que está la iglesia de Santa María del Rey. Tenía numerosas puertas y portillos, de los que, entre otros, quedan restos del Arco de la Guerra.

- Santa María del Rey, al pie del mismo castillo, en su vertiente occidental, era esta lugar el barrio más importante cuando se construyó esta iglesia. Hoy sirve de cementerio de la villa. Se levantó este templo a instancias de Alfonso I de Aragón, y a él debe el apelativo que tiene. Es obra de comienzos del siglo XII. Su portada principal, orientada al sur, es obra grandiosa del románico atencino. Se trata de una profusa serie de múltiples arquivoltas concéntricas, siete en total, cubiertas por una densa masa iconográfica de personajes y figuras, unas en sentido radial, y otras siguiendo la línea de los arcos, apareciendo santos, ángeles, demonios y un largo etc de iconografía medieval.

- San Gil, de su antigua fábrica románica sólo queda el ábside, todo él construido en oscuro sillar, obra del siglo XII es de planta semicircular, adornado de delgadas columnas adosadas que terminan en capiteles de decoración foliácea, recorriéndose el ábside de sencilla imposta decorada con trazos geométricos, y abiertas dos ventanas muy delgadas y altas, con pequeños capiteles foliáceos. En su interior se conserva una buena pila bautismal románica, y hoy es sede de un espectacular Museo de Arte Sacro, con lo mejor del arte atencino de todas las épocas, más una colección de elementos arqueológicos.

- Iglesia de la Trinidad, ofrece un ábside románico de clara influencia segoviana. En él se abren también tres interesantes ventanas, abocinadas, formadas por dos arcos, con capiteles finamente elaborados en los que se ven variados motivos vegetales. El interior es de una sola nave, dividida en tres tramos, con coro alto a los pies. Su bóveda es muy bella, de crucería con nervaduras, y en sus muros se abren las capillas de los Ortega, la del Cristo de los Cuatro Clavos, y la rococó de la Inmaculada. Hoy alberga un espléndido Museo de Arte Sacro, destacando entre sus piezas el Cristo arrodillado de Salvador Carmona, el Cristo de los Cuatro Clavos, la pila bautismal románica, y numerosos recuerdos de la cofradía de La Caballada.

- San Juan del Mercado, preside esta iglesia la plaza del Trigo. Fue construida en el siglo XII, pero se rehizo tal como hoy la vemos a fines del siglo XVI. A la gran plaza da una fachada reforzada por contrafuertes de sillería. La portada es de líneas clásicas, y el interior grandioso, de tres naves, separadas por grandes columnas cilíndricas, sobre las que asientan las bóvedas del templo. En su interior destaca el retablo principal que consta de un cuerpo central y dos laterales, separados por dos columnas salomónicas en un exuberante estilo barroco. Las pinturas son obra de Alonso del Arco. Por sus muros se distribuyen otros varios retablos, de los siglos XVI y XVII, con tallas y pinturas de algún interés.

- La PLAZA DEL AYUNTAMIENTO, de forma triangular, y en fuerte cuesta, muestra esta típica plaza dos de sus costados ocupados por soportales, y todo su entorno rodeado de edificaciones de variadas épocas, pero muy características de la villa y tradicionales. Destaca entre ellas el palacio del siglo XVI con gran arco adovelado y hermosísimo escudo heráldico de piedra, correspondiente a los apellidos de Bravo de Lagunas, Medrano y Mendoza; el Ayuntamiento, obra del siglo XVIII, con su severo empaque arquitectónico y su torrecilla del reloj, más gran escudo en la fachada. En el centro de esta plaza resalta una fuente del siglo XVIII, con diversas figuras de peces talladas y un enorme pilón bien trabajado.

- La PLAZA DEL TRIGO, se comunica con la anterior a través de una estrecha calleja en fuerte cuesta, y pasando por ella por el ARCO DE ARREBATACAPAS. Es una de las más bellas plazas de Castilla. En un costado se alza la mole de la iglesia de San Juan. El resto de sus límites se conforman con edificaciones tradicionales, apoyadas en soportales de madera o piedra. Una de las casas exhibe en sus capiteles de tallada madera los emblemas del Cabildo de curas de Atienza, a cuya institución perteneció (son unas llaves cruzadas y un águila bicéfala); otras casas muestras frisos, zapatas y aleros magníficamente tallados. Este conjunto, donde antiguamente se celebraba el Mercado de la villa y su comarca, mantiene perfectamente sus esencias tradicionales dentro del ámbito de la arquitectura popular atencina.

Seguimos viaje hasta Turégano, provincia de Segovia, con la intención de dormir en el área de servicio para autocaravanas que hay allí. El domingo 28 llegamos a Valladolid por la tarde.











Más fotos de Medinaceli y Sigüenza en : http://picasaweb.google.es/nuris2002/MedinaceliYSigEnza?feat=directlink

martes, 23 de diciembre de 2008