El Castro de Baroña está situado en la parroquia de Baroña (municipio de Porto do Son, en la provincia de La Coruña). El asentamento está
construido en una península, situándose su ocupación en los siglos
I a. C. a I d. C. Poseía dos murallas a su alrededor y se conservan 20
viviendas de planta circular u oval.
En el istmo que une el poblado al castro se excavó un foso de cuatro
metros de ancho y tres de fondo que constituye la primera línea de
defensa. A continuación hay una muralla consistente en dos muros de mampostería
casi paralelos con un relleno de arena y piedras. Se piensa que
originariamente continuaba hasta conectar con la muralla del poblado,
creando un espacio probablemente no ocupado con viviendas.
La muralla principal, bien conservada, cuenta con dos lienzos. Uno de
ellos, a la derecha, consiste en tres muros de mampostería que suben
gradualmente y el de la izquierda es semejante al del istmo. A la
derecha de la abertura de entrada hubo un cubo defensivo y los muros se
estrechan, por lo que se supone que se cerraba con una puerta que no
dejaría pasar los carros. Posiblemente, la muralla rodeaba el castro
casi completamente.
La entrada al interior consiste en una rampa. La zona habitada se
estructura en cuatro áreas. En la primera, a la izquierda hay una
construcción en la que había un banco corrido o, según otra
interpretación, un simple pilar. En ella se encontraban un fogón, un
agujero para un poste y varias cazuelas de barro. Pudo ser una forja.
Frente a la puerta de la muralla hay otras construcciones de planta
oval con vestíbulo y otra que también pudo haber sido otra forja.
El sector siguiente está separado por un muro, que tal vez servía
para contener la tierra, y se pasa a él subiendo unas escaleras, las
mejor conservadas de entre los castros gallegos. Se distinguen un
"barrio" de casas que delimita una "plaza" protegida del viento.
Un sendero lleva al sector más alto del poblado, en el que también hay construcciones.
El poblado debió de ser autosuficiente. Dentro del castro no hay
agua, ni en manantiales ni en aljibes, por lo que debió ser preciso ir a
buscarla al exterior. Se piensa que la alimentación tenía como
principal fuente el mar: mariscos y pescados; también se consumían
bóvidos, cabras y ovejas y bellotas.
Hay restos de metalurgia, trabajo de la piedra y de tejido.
El Castro de Baroña fue excavado por primera vez en 1933 por Sebastián González-García.
Las siguientes campañas arqueológicas fueron las de J. M. Luengo
(1969-1970), Francisco Calo Lourido y Teresa Soeiro (1980 a 1984),
Francisco Calo en 1985 y Ánxel Concheiro en 1984, que lo consolidó.
(Fuente : Wikipedia)
Las fotografías tienen un tratamiento diferente del que suelo realizar, derivado de un clase magistral que ayer me impartió mi gran amigo Diego. El Castro de Baroña es un lugar especial y mágico, del que pudimos disfrutar la semana pasada y por recomendación de otro gran amigo, Miguel Angel.
No hay comentarios:
Publicar un comentario