jueves, 3 de noviembre de 2011

"Las fotos van y vienen en el tiempo, repasando épocas, lugares, estilos y formas de vivir la vida."

Cecil Beaton (1904-1980), fotógrafo



Cecil Beaton nació en Londres en 1904 en el seno de una familia aristócrata inglesa. Creció bajo la fascinación de de las revistas de sociedad y las fotos que allí encontraba. Cuentan algunas fuentes que Beaton, siendo sólo un niño, y estando sobre la cama de su madre, queda fascinado por una fotografía-postal de un actriz (Lily Elsie). La admiración por las fotografías de las actrices  de la época se fue reforzando. Las comenzó a coleccionar. En 1915 le regalan su primera cámara fotográfica una Kodak 3A de fuelle, que en su momento era la típica cámara para aprendices y aficionados. Fue guiado por Alice Collard quien le enseñó las técnicas del revelado y fijado.
En los años 20 era muy normal que las mujeres de la alta sociedad se dejaran fotografíar en los estudios e incluso pagasen por un retrato justo, elegante y “ensalzador”.
Este ambiente de glamour, de la élite y las estrellas del cine envolvieron a Beaton desde entonces y fomentaron un especial gusto por el retoque fotográfico y la sugestión de ambientes como fondos de los fantásticos retratos.
El característico toque de Beaton, su capacidad para sugerir mundos fragiles y sofisticados hicieron del artista un genio de la escenografía teatral, un fotógrafo de la moda más sugerente y un famoso retratista.
La publicación del joven Lebas en el Photographs of the Year de 1992 fue para él la primera consagración oficial.
En las páginas de Vogue y en sus portadas descubrió, Beaton, un referente al retratista Barone de Meyer a quien describiría años más tarde como el ''Debussy de la máquina fotográfica'' Meyer era famoso por aquel entonces por conseguir crear atmósferas luminosas con toques artificiales esplendorosos orientadas a fotografiar el mundo de la moda y de la alta sociedad. Tal es su admiración que tomó como inspiración estos ambientes y trucos fotográficos de Meyer, pero no sólo tomó eso, además adoptó el mismo tipo de letra con el que firmaba él, para firmar sus retratos.
Otro de sus referentes y maestros fue George Hoyningen-Huene.
En 1924 se introdujo en el mundo de Vogue con un retrato retocado de su amigo George Rylands.Durante varios años después, reúne material suficiente y abre una exposición en el West End, en 1926 empieza a dedicarse exclusivamente a la fotografía.
Innumerables famosos posaron ante su objetivo entre decorados innovadores: técnicas de luces y sombras, escenarios decorados, juegos de espejos y vestidos extravagantes.
Su obra está marcada no sólo por los protagonistas de sus retratos sino también por sus ambientes, por las atmósferas y por la sutil forma de transmitir su opinión y sensibilidad.
En Hollywood y aprovechando la deslumbrante luz de California y sus pintorescos claroscuros realizó una serie de retratos a personajes tales como; Gary Cooper, Johnny Weissmuller, Dolores del Río. Hacia 1930 escribió “El libro de la belleza”.
Al cumplir los 30 ya era el retratista preferido del mundo de la moda, el cine, el teatro, las artes visuales, la literatura, la música y el fotógrafo oficial de los Windsor y a mediados de los años 50 termina su contrato con su querida revista Vogue.
Durante los años 60 dedicó todo su talento y energía al muno del cine y el teatro; y además fue un notable escenógrafo y diseñador de vestuario para el cine, como en ''My fair lady'' o ''Gigi'', por las que ganó dos Oscars.
El londinense es y será recordado sobre todo por sus retratos de Marilyn Monroe, Audrey Herpburn, Greta Garbo o Picasso entre otros.
A consecuencia de un derrame cerebral quedó medio paralítico en 1974 y murió seis años después.

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